lunes, 29 de octubre de 2018

Despidiendo Octubre

Si no eres una marca, serás una mercancía. 

¿Aplicará también para las personas?


Inicio este boletín con esta frase que me marco la pauta de pensamiento esta última semana, dado que vengo "maquinando" una propuesta que lanzaré a los seguidores de PROCONCORR PERU y a todos los profesionales en general, en lo que será el boletín de aniversario este próximo mes de noviembre.

Durante estos dos años, he venido comentando y respondiendo sutilmente a mis amigos y colegas cuando me preguntan… ¿Cuándo publicas un articulo técnico? Les tengo que repetir siempre que mis boletines y la iniciativa PROCONCORR trata sobre personas y experiencias. Es por eso que hasta ahora —y sin animo egocéntrico— he vertido opiniones propias y algunas experiencias sumadas a las de alguno que otro amigo como “Jonas” y “Demetrio” para quienes los recuerdan en mis boletines de principio de año.

Esta situación también me ha llevado a replantear un dilema por el que atraviesan los “aventureros” que, como yo, se lanzan a emitir opinión con nombre propio, de manera abierta y públicamente en medios digitales.

¿Habré dejado acaso de ser una especie de “mercancía profesional” para el mercado laboral? 


¿Soy acaso un producto de esa experiencia laboral que está logrando posicionarse con nombre o marca propia?.


Puede sonar hiriente, pero si ponemos en el contexto de personas las palabras de Kotler, solo somos una mercancía (empleados y obreros) compitiendo por puestos y sueldos, pensado equivocadamente que nuestros títulos y especializaciones son nuestra marca personal-profesional.

Todos tenemos nuestra “marca personal”


Me permito contarles algo anecdótico, ya que a mi edad, tengo 25 años de haber salido de la escuela secundaria, y como entenderán, se ha puesto de moda eso de los reencuentros de promoción y todo el caos emocional que esto conlleva. 

Tuve la suerte de estudiar en mas de un colegio todos mis años de la secundaria y al volver a reunirme con viejos amigos noto de inmediato que todos me recuerdan por la habilidad más preponderante que tenia en ese momento… Por ejemplo, se recuerda al mejor bailarín que hacia maravillas en cada fiesta, al músico que nos enseñó a tocar la guitarra, al más malcriado que siempre "saltaba” a defendernos en nuestra peleas, al mejor deportista que todos querían tener en su equipo y al mas chancón (el estudioso) el que de alguna manera ayudaba a todos los compañeros de la clase... pero pocos recordaban necesariamente al resto de compañeros.

Todos estos personajes son una leyenda viviente y acuñaron su marca personal en el colegio, derrepente también en su barrio y de seguro que lo hacen hoy en día en su centro de trabajo, con sus manías y sus buenas intenciones, pero nadie los conoce más allá de su propio circulo de amigos y colegas.

Así como existen commodities, productos sin marca y marcas desconocidas, existen también marcas locales y globales muy conocidas y reconocidas… 


Bajo el razonamiento aplicado, también hay personas en el ámbito del control de corrosión con grandes talentos, estudios y experiencia, los cuales bien podrían convertirse en lumbreras de las nuevas generaciones de profesionales que salen al mercado con una mentalidad sesgada por el sistema que los ha programado como mercancía laboral desde la niñez.

¿Has pensado en crear tu marca personal-profesional?


No todas los profesionales industriales han pensado en convertirse en gurús de algún tipo de ciencia o conocimiento en particular, tampoco todos los profesionales tienen el talento suficiente como para volverse unos eminentes comunicadores pero piensen… Hoy en día, muchos jovencitos “sin pelo en pecho” cogen una cámara y salen corriendo a contarnos sobre sus hobbies personales o a realizar cualquier tontería temeraria por las redes sociales y cobran mensualmente tu sueldo y el mío multiplicado por el tiempo que nos tomaría gastarlo.

Acaso también, ¿no pululan cada día más los neurocoach de inmersión total, que te quieren hacer creer que la felicidad es una profesión y que el mejor salario es una sonrisa bajo alguna metodología scrum?.

Sin embargo, es innegable que todos ellos están avanzado y ganando dinero, pero por sobre todo, han creado una marca personal pseudo-profesional que les está valiendo el reconocimiento masivo que quizás ni tu ni yo tengamos nunca si seguimos haciendo lo mismo cada día, los 365 días del año.

La buena noticia es que, lo que ellos hacen es legalmente reproducible y escalable a nuestra forma de vida en el ámbito industrial; mejor aún, nosotros contamos con ese invaluable potencial como producto que es nuestra inteligencia, experiencia y profesión para resolver problemas reales.

¿Te consideras lo suficientemente bueno como para contar tu historia?


¿Serías capaz de interactuar con un grupo de profesionales de tu misma especialidad y similar nivel para buscar una solución a un problema?

PROCONCORR PERU no se centra en una sola persona.


Estoy convencido de que no puedo y ni nunca podré conocer todos los campos del control de la corrosión. Sin embargo, puedo centrarme en especializarme bien en al menos una sola cosa, y recurrir al resto de profesionales de mi red, aquellos que dominen las demás especialidades del control de corrosión y de esta manera poder lograr una magnifica sinergia de conocimiento colectivo, una sinergia que hasta Albert Einstein envidiaría frente a la tarea de resolver un problema real... y si a esto le sumamos la posibilidad de generar ingresos económicos para todo el equipo, estamos frente a una revolución en la forma de como utilizamos nuestro intelecto fuera del sistema, sin que el sistema no odie.

Los invito a leer el siguiente boletín de aniversario en donde les comentaré con mas detalles mis “siniestros” planes.


Un cordial saludo.

MARTIN HERRERA

PD. Suscríbanse al boletín por correo en www.pccperu.com y pasen la voz a sus colegas y amigos.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Bienvenida Primavera

Despidiendo "a" setiembre


Desde el último boletín han ocurrido tantas cosas buenas, malas y feas en nuestro país, que me quedaría corto este espacio para, siquiera, comentar la mitad de ellas.


A nivel personal, yo sigo en el mismo lugar de siempre, haciendo más que de costumbre y esperando menos que antes; esto debido a la coyuntura que se vive en la empresa donde trabajo por los recientes cambios de gerencia y los movimientos internos que esto genera. Así que, quienes hayan vivido esta experiencia de cambios en una gran empresa, entenderán mejor lo que les describo…


Fuera de los cubículos corporativos he tenido que plantearme diversos escenarios ante una posible desvinculación laboral —como suele ocurrir durante estos cambios— pues si algo aprendí de mi padre, quien fuera empleado estatal en el ferrocarril por más de 30 años, es que si no tienes un plan B en caso de despido por cualquier motivo, estas realmente jodido

Cuando hablo del plan B me refiero a tener un monto de dinero ahorrado (por lo menos 12 sueldos) o tener activos que te generen rentas pasivas (alquiler de casa, carruaje, o chacra) o por último tener una profesión u oficio alterno que te permita seguir ocupado y generando ingresos mientras buscas reinsertarte en el mundo laboral corporativo.

En un país como el nuestro, tener una buena posición y un buen sueldo en planilla es tan deseable y efímero que un despido inesperado es una constante realidad. Muchos profesionales han invertido un tercio de su vida estudiando y/o especializándose para insertarse en un mercado de una sociedad de por sí anómala desde el punto de vista laboral, y luego terminan siendo parte de la ruleta rusa de la fenecida estabilidad laboral.

No todo es incertidumbre.


Al final del túnel en el que hemos vivido estos tres últimos años, se divisa una luz de esperanza —perdón— de proyectos importantes que dinamizarían en un mediano plazo la economía del país.


Ya se anunciaron varios mega proyectos como, la ampliación del aeropuerto Jorge Chavez y la ampliación de la mina Toromocho para este año, seguidamente se viene la construcción de los proyectos mineros de Quellaveco y Mina Justa, que en total suman unos 5,300 millones de dólares en inversión para los próximos tres años. Si a esto le sumamos otros proyectos menores que se están dando y otros similares que están en cartera, y que deberían destrabarse también en el mediano plazo, las empresas del sector de producción de bienes y servicios, podrían volver a facturar muy cerca de los niveles que tuvieran en el último auge de la minería.

No hay que olvidar que la coyuntura que se vivió entre el 2010 al 2015 se dio principalmente por la alta demanda de minerales en ese momento por parte de China, cosa que no esta ocurriendo ahora y que no se vislumbra que vuelva a ocurrir. Personalmente espero que estas grandes inversiones sigan un ritmo creciente y en el camino se vayan dado otras nuevas, de lo contrario —las actuales inversiones— serán devoradas irremediablemente por la necesidad acumulada de estos últimos tres años, aplicando la metáfora de las vacas flacas devorando a las gordas en los sueños del faraón. (Lean la biblia alguna vez, pues…)

Retomando el tema que nos atañe


¿En qué contexto se beneficia o perjudica el mercado de la protección anticorrosiva? 


No debemos olvidar que dependemos de las inversiones del sector privado (principalmente) y de la voluntad política de los gobernantes de turno para viabilizar y legalizar las mismas. Desde el peón de obra, el pintor, el inspector de recubrimientos, el jefe, gerente o director de una empresa constructora, contratista o fabricante de pintura, todos dependemos de que haya inversión, de lo contrario las empresas, primero reducirán sus gastos, luego el personal, y si el panorama no mejora, simplemente cerrarán o venderán, dejando a muchos fuera con un drama que contar.

Para los que trabajamos en este sector de productos y servicios para la industria, esta es la realidad... y en este contexto es que he empezado a “maquinar” algunas ideas, ayudado por la incertidumbre laboral y el deseo de consolidar mi plan B.


ASOCIACIÓN DE PROFESIONALES EN CONTROL DE CORROSIÓN


Hace ya casi dos años que lance la iniciativa PROCONCORR PERU y he recibido (hasta ahora) muchas felicitaciones y buenos comentarios. Esto es agradable para el ego, pero preocupante para la razón, ya que no pretendo convertirme en un personaje mediático del mundo de las pinturas, y menos en un gurú de la corrosión. Mi intención siempre ha sido y sigue siendo, agrupar a las personas, a los profesionales de todo nivel y relacionarlos entre si para lograr sinergias técnicas, comerciales y cognoscitivas respecto a todo lo que compete el control de corrosión en la industria en general.

Hay aspectos sobre nuestra idiosincrasia como peruanos que me hace pensar que será difícil lograr la conformación de un grupo real y activo de profesionales, mas allá de una lista de correo, o de un grupo de WhatsApp... sin embargo veo que, si somos capaces de unirnos por una causa justa como en caso de desastres y otras causas no tan justas como la política o el fútbol... ¿Por qué no unirnos como profesionales para “seducir” al mercado?


Esta primera etapa de lanzamiento de PROCONCORR ha servido como experimento social, mas que todo para ver la respuesta de la gente en medios digitales. En unos meses, más allá de este año, estaré convocando nuevamente a los profesionales del sector, pero ahora con un plan y una propuesta formal… y porque no, con una figura jurídica para lograr la consolidación de objetivos y consecución de metas reales.

Solo le pido a dios —como cantará alguna vez el trovador Leon Gieco— que el futuro no me sea indiferente… Hasta ahora no lo ha sido y no espero que lo sea, conmigo, con mi familia, ni con mis amigos, ni con mi país.

Hasta el próximo boletín.

MARTIN HERRERA 

jueves, 21 de junio de 2018

Bienvenido fútbol

La locura del mundial de fútbol se ha apoderado de la gente, así que no creo que sea sensato desgastarse —por ahora— en escribir sendos y profundos temas de análisis del fenómeno de la corrosión y menos pretender filosofar sobre la triste realidad que nos agobia en este momento [PE]


Por otro lado, tampoco puedo dejar de publicar, aunque sea unas cuantas líneas conformistas, ya que tengo que mantener vivo al “bot” que gobierna las redes sociales, ese microrganismo informático que administra los algoritmos de tu “reputación on-line” y que le importa un ajo el inicio del mundial de fútbol tanto como si te enfermaras o dejas de existir.


Les voy a comentar rápidamente que en los próximos meses me embarcaré en un nuevo proyecto de investigación denominando EPCE© nombre clave que no les puedo revelar por que si no me botan del trabajo el cual consiste en evaluar probetas de acero en ambientes soterrados (bajo tierra). 

Corrosión de elementos enterrados
Hace más de un año que venimos dándole forma a este tema en conjunto con el equipo del área de proyectos en donde trabajo y creo que ya es momento de abandonar la teoría y las buenas intenciones, hay que poner manos a la obra para obtener resultados reales, y que sumen al valor al mapa de corrosión que venimos desarrollando.


Oído a la música... ¡!


Como entenderán, existe buena cantidad de infraestructura productiva que cumple su servicio bajo tierra, tal es el caso y principalmente el de las tuberías, que por su tipo de servicio están sujetos al ataque de agentes corrosivos propios del suelo en que se encuentran, y más aun si este presenta condiciones como vibración, humedad, vegetación y temperatura diferente al medio ambiente promedio. Con este estudio podremos determinar la velocidad de corrosión del acero en determinados tipos de suelo; luego, partiendo del análisis morfológico de la corrosión podremos llegar a determinar o no, la existencia de colonias de bacterias sulfato reductoras. Estas bacterias han demostrado ser muy voraces frente al acero cuando este se encuentra sin protección en ambientes (soterrados) y cuando se dan las condiciones propicias para su proliferación.

No voy a entrar en más detalles técnicos pues quiero saber si a ustedes también les interesa el tema. Me gustaría incluso armar un foro de discusión para ir aportando al tema, e ir comentando los avances. 


Por ahora disfrutemos del fútbol y no se olviden de suscribirse en www.proconcorr.com para recibir el boletín completo y tener más detalles de este y otros proyectos que estoy llevando adelante.

Un cordial saludo para todos ustedes.

Atentamente

MARTIN HERRERA

domingo, 20 de mayo de 2018

Bienvenido Mayo

Eres solo un número


¿Alguna ves te han dicho en el trabajo, que solo eres un número?


Quizás tu propia conciencia te ha llevado a pensar que eres una infinitesimal parte del universo y que no gozas de mayor importancia para los dioses en los que crees, e incluso, para los que creen en ti…pero aún así, insistes en existir.


El artículo de este mes, saca del contexto a la especialidad que ostento en esta red social —consultor anticorrosivo— debido a que mi trabajo también me ha llevado a conocer otras ramas de la ciencia y desarrollar, por ejemplo, un aprendizaje cuántico sobre la filosofía de los negocios, el valor agregado, el marketing industrial, la gastronomía heterotrófica y más recientemente… el análisis de datos metafísicos.

Después de todo este jocoso y extraño “rollo” introductorio, solo me queda dedicar el boletín de este mes a todos mis colegas y amigos del ámbito comercial, quienes en su mayoría creen ciegamente en la magia de los números... más aun, si van acompañados de un símbolo monetario.

¿Solo somos un número?


Trabajo hace varios años en el negocio de los recubrimientos anticorrosivos, y para vender este tipo de productos es deseable tener conocimiento técnico y experiencia de campo; es cierto, a mi también me han dicho en algún momento: “eres un número”… y si te multiplicamos por tu productividad y das un resultado positivo, entonces le eres útil a la empresa. En un principio me sentí mal y hasta algo ofendido pues yo pensaba que era “alguien” muy importante por el trabajo que hacía: Luego me acorde que no soy muy “ágil” para reaccionar cuando me hablan de números abstractos y me puse a analizar los detalles filosóficos de esa afirmación. Solo soy un número ¡!

Todo es medible. Todo es cuantificable.


Hoy en día, y gracias al desarrollo tecnológico, todo esta contándose y midiéndose a cada segundo. La capacidad de las maquinas para acompañarnos día a día hacen que se tenga —y que se pueda— almacenar gran cantidad de datos, incluso de tareas insignificantes o intrascendentes para el negocio o la producción —esto desde el punto de vista tradicional— donde se prioriza solo lo importante.

¿Has oído hablar de BigData?


Como ya les dije, todo genera datos hoy en día, el teléfono celular que utilizas va dejando un rastro de datos que se guarda en servidores de varios rincones del mundo. Cada ves que pasas tu tarjeta de crédito en alguna tienda, cada vez que pides un Uber o navegas en internet buscando cualquier cosa... Todo genera datos y estos datos se han convertido en un activo muy importante para las empresas que venden productos y también para las que quieren controlar nuestras vidas… 

Lo más reciente… ¿Recuerdan el incidente en que se vio atrapado el dueño de Facebook por una fuga de datos de sus servidores? El asunto fue casi tan impactante y con la cobertura mundial como cuando ocurre una fuga de petróleo en el mar o un derrame químico en alguna unidad minera. Todo por culpa de los datos.

Volviendo a nuestro entorno laboral


Todo son datos, el registro del odómetro de nuestra compresora o de nuestro automovil, los datos manuales en el kardex de un pequeño almacén hasta la tabla de Excel que usamos para registrar ventas, inventarios o incluso nuestros balances de perdidas y ganancias. ¿Te imaginas agrupar esta y toda la demás información de la que dispongas, para sacar conclusiones que ayuden a tomar decisiones para encaminar y mejorar la perspectiva de tu negocio actual? ¿Te imaginas? 

Esto es análisis de bigdata. Esto es la nueva tendencia a nivel mundial en un mundo corporativo que busca vender más y mejor —entiéndase “mejor” por: más rápido y menos costoso para la empresa— y en donde muchas de las decisiones de negocio se toman en función al resultado del análisis de datos.

Yo y el bigdata


No recuerdo cuando fue que colgué la brocha y el psicrómetro, y me apasione por estos temas informáticos. Creo que fue tratando de buscarle utilidad a la ingente cantidad de información que producen nuestras áreas de soporte, creando herramientas de valor agregado, e integrandolas a internet en tiempo real para que los clientes puedan conocer mejor nuestros productos... 

Tal es así que desde hace algunos años —dentro de mi recargada agenda de trabajo— se me encargó graficar la evolución de ventas de mi división, así como la perspectiva de negocio basada en los proyectos de infraestructura que se anunciaban y que tanto emocionaban a los empresarios de nuestro país… Es ahí que me vi enfrentado a  la ausencia de datos estructurados en mi entrono de trabajo y ante la imposibilidad de comprar información, se me ocurrió crear una base de datos y nutrirla con la información que recogía cada miembro del equipo en cada visita a los diversos clientes que atendemos. El resultado fue muy motivador; de pronto teníamos datos que nos permitían hacer frente a cualquier comité de proyectos y/o, a la mayoría de requerimientos de la gerencia cuando se trataba de saber que negocios se venían… 


Investigando por mi cuenta llegué a la conclusión de que esto del bigdata no es solo cosa de “gringos”  si no que cualquier mortal puede hacerlo… y además me dí cuenta de que lo que estaba empezando a construir era en realidad un gran modelo de análisis de datos orientado al negocio de los recubrimientos industriales.

Manejar información, convertirla en datos y extraer nuevamente información de esos datos, requiere de disciplina, exigencia, continuidad y trabajo en equipo; cosa que no necesariamente fácil en un entorno acostumbrado a resultados de corto plazo; hablo de una división comercial, en donde generalmente eres medido como un número de acuerdo a tu ventas mensuales.

Por mi parte, no puedo quejarme de nada, he tenido la suerte de que casi siempre me den espacio y tiempo para proponer cosas nuevas —algunas intangibles— que ayuden a lograr mejores ventas. Algunas funcionan, otras no, y otras, aún son muy prometedoras, como esta del análisis de datos para la toma de decisiones basados en la información. 

No ando solo en esta aventura, ya que cuento con la vasta experiencia y visión de la gente que me rodea, así que espero muy pronto poder generar pronósticos de venta, tendencias del mercado de recubrimientos y llamadas a la acción para asegurar negocios que podrían perderse ante la falta de alertas programadas… 


En paralelo, desde mi humilde cubículo de empleado corporativo, seguiré alucinando con la transformación digital de mi empresa, soñaré con tener un ERP propio e implementar un sistema CRM para centralizar todo el proceso de venta y finalmente analizar todo con HADOOP claro, si es que antes no contratan verdaderos especialistas en el tema y me dejan rezagado… 
...o a lo mejor aparece algo mucho mas avanzado como conectarte un cable directamente al cerebro, y quizás no haya más necesidad de tanto algoritmo tecnológico.

Agradezco su paciencia si llegaron a leerme hasta aquí.

Un cordial saludo para todos.

MARTÍN HERRERA


Me disculpo con mi otro “yo” del perfil informático, por “hurtarle” antes de tiempo el titulo de este boletín.

lunes, 9 de abril de 2018

Bienvenido Abril

¿Qué quieres ser cuando seas grande?



Cuan niño, mi padre me decía lo que él creía que yo sería cuando fuera adulto; deportista, cantante, bailarín, soldado, o quizás —bromeando— hasta guardián de cementerio… pero yo siempre le decía, papá, yo voy a ser gerente.


Mi vida dio muchas vueltas hasta el día de hoy, y aunque mi padre no acertó con ninguna de mis ocupaciones, puedo decir que he disfrutado cada trabajo que he tenido, incluyendo mi sueño de ser gerente (aunque a pequeña escala en un negocio familiar)… Hoy el mundo sigue girando y yo madurando, así que puedo decir con franqueza que amo más la libertad que el poder —a nivel corporativo por supuesto— y más aún ahora que me toca formular la misma pregunta a mi menor hija… ¿Qué quieres ser cuando seas grande?

El boletín de este mes no trata sobre mis anécdotas infantiles o mi vida personal; este mes deseo hacer algunas críticas constructivas y varias preguntas directas a los miles de contactos en mis redes sociales, y en especial a ese grupo de colegas y amigos que trabajan en la industria de la protección anticorrosiva.

¿Eres el profesional que quisiste ser de niño?

¿Estás trabajando en lo que aprendiste cuando estudiabas para cumplir tus sueños?

A diferencia de otros oficios que se han convertido en especialidades técnicas de la industria, el oficio de “pintor de brocha gorda” se ha quedado solo en oficio, en muchos casos se confunde y hasta se menosprecia.  

Hasta hace pocos años escuchaba anécdotas sobre empresarios contratistas que salían a la plaza mayor de algún pueblo lejano a buscar gente desocupada para ponerlos a pintar… algunos comentaban que eran músicos, cargadores de bultos y hasta peones de chacra... y de pronto los iban a convertir en pintores industriales. Hoy en día, dudo que algún contratista se anime a buscar personal de esa forma para un trabajo de recubrimientos, esto debido a que las exigencias de calidad y seguridad han aumentado para bien en los últimos años, sin embargo, lo que no ha aumentado es el número de profesionales experimentados en aplicación de recubrimientos, lo cual es lógico —aquí en mi país— pues no existen escuelas técnicas que tengan en su currícula algo relacionado al procesos de protección anticorrosiva con pinturas. 


Es algo extraño —¿no lo creen? —Si todo lo que vemos a nuestro rededor tiene al menos una capa de pintura de protección o decoración…

Algo que ha aumentado progresivamente, es la cantidad de “supervisores de pintura”, muchos de los cuales cuentan con estudios superiores ajenos al tema de corrosión; dada esta limitación, muchos tuvieron que salir en busca de especialización y lo que encontraron fueron opciones magistralmente diseñadas por el capitalismo, las cuales en menos de una semana y por poco más de mil o dos mil dólares prometen convertirlos en profesionales del mundo de los recubrimientos industriales sentados dentro de un lujoso hotel. Si aprueban el riguroso examen, lograrán obtener una membresía anual —cual exclusivo club resort— la cual les facilitará el acceso a diversos puestos de trabajo… trabajo que quizás nunca imaginaron realizar. 

Aquí hago una pausa e intentaré disculparme con los profesionales del sector que están leyendo esto; quizás estoy siendo demasiado crítico con una realidad que —a mi parecer— no esta bien, ni está mal dado el contexto de la realidad, y producto del desorden propio de la idiosincrasia nacional con respecto al nivel profesional de las personas, sumado a la falta de políticas de educativas con proyección a la industria, por parte del estado peruano… Yo mismo me considero victima de este razonamiento critico, así que empezaré por disculparme a mi mismo...


Prácticas para certificarme como inspector NACE | Quito Ecuador | 2008


Para completar la idea,  en el otro extremo están mis amigos los pintores. Aquellos que alguna vez —según la anécdota inicial— andaban desempleados en alguna plaza mayor y que de pronto algún contratista que buscaba mano de obra barata los contrató para convertirlos en “pintores de brocha gorda”es así como algunos empezamos en el oficio ¿o me equivoco? lijando, cargando mangueras, cerniendo arena, mezclando pintura… ¿Alguno de mis amigos pintores me puede decir que fue a estudiar en algún lugar las técnicas para lograr un chorro abrasivo al metal blanco?... ¿Acaso alguien tiene una certificación técnica de como destrabar la tolva de arenado o en el arte de configurar el equipo convencional y de dominar un equipo airless? ¿Dónde lo aprendieron? ¿En alguna escuela técnica privada o estatal? No pues, definitivamente lo hicimos trabajando, en miles de horas bajo el sol, donde solo los más persistentes pudieron aprender de aquel viejo pintor, ese que nunca quería enseñar nada a los más jóvenes por temor a perder su trabajo; esos jóvenes talentos de la pintura industrial que siempre estaban atentos al día de la charla de pintura para escuchar a los enviados del cielo —perdón— a los enviados por el fabricante de pintura, que con la sana intención de lograr un buen negocio y minimizar problemas con sus productos, se permitían hablar sobre cuestiones celestiales para nuestros oídos como: las ultimas novedades en control de calidad, la adecuada preparación de superficies y la aplicación de recubrimientos industriales… Esos pintores que se especializaron empíricamente y de manera autodidacta, son los que en la actualidad pintan el país y lo protegen de la corrosión.


Equipo de aplicadores | Mantenimiento Grúas ENERSUR  Ilo Perú | 2001

Otro aspecto al que apunta este irreverente artículo es la gran brecha existencial que existe entre los profesionales del sector, y que tratare de idealizar en las siguientes lineas: 


“Ese contratista es un desastre, sus equipos son pésimos y con las justas funcionan; sus operarios ni siquiera llegan al grado de preparación de superficie requerido, y los espesores de pintura y los acabados no son aceptables…” [Palabras de un experimentado inspector de recubrimientos con muchas certificaciones internacionales]

“Ese inspector de pintura es un inepto, quiere que todos mis equipos sean nuevos y certificados, la pintura que estoy aplicando se usa en mantenimiento sobre el oxido y pretende que limpie las estructuras hasta el metal blanco, además de eso, los acabados son industriales y tienen mayor espesor del que me han pedido…” [Palabras literales de un cuasi experimentado contratista de pintura, ex pintor de embarcaciones marinas]

¿Qué opinan? 

A mi parecer ambos tienen la razón en sus respectivas posiciones. Estamos en el Perú, no olviden el contexto…


Disculpen si sueno redundante, pero no me van a negar que existe una enorme brecha de profesionalización, experiencia y criterios en el sector de la protección anticorrosiva con pinturas; donde por ejemplo tenemos a eminentes profesionales que quizás estudiando las largas cadenas químicas de las pinturas, las series galvánicas o la entropía de sus propias vidas llegaron a la conclusión de que no es necesario coger una brocha y probar como se pinta; mucho menos disfrutar unas cuantas horas de lo acogedor y aterrador que resulta estar dentro de una cámara de granallando hasta lograr la sagrada limpieza al grado metal blanco... 

Por otro lado, tenemos una escasez enorme de preparadores de superficie y aplicadores de recubrimientos capaces de manejarse técnicamente de principio a fin en un proyecto de recubrimientos, ya que estos basan su fortaleza tan solo en la experiencia, la práctica del día a día y el grito del capataz. Los aplicadores promedio, tienen muy poco conocimiento técnico sobre los materiales que utilizan y los procesos de calidad que deben observar durante su aplicación y lo que se espera como resultado de su trabajo. La falta de información, la falta de instructores y la barrera del idioma —casi todo está en ingles— conlleva a que muchas veces el inspector de recubrimientos, con todo su argumento teórico y sus menos de 10 horas de practica en el curso VIP, eche por tierra los mas de 10 o 20 años de experiencia de cualquier operario pintor, al cual solo le queda obedecer y hacer lo mejor que pueda para asegurar algo de dinero para el y su familia.

Esto señores, es a lo que nos enfrentamos como profesionales.

Alguien, pretendiendo hacer su trabajo de la peor manera | Perú | 2007


Si no aprendemos y practicamos nosotros mismos y entrenamos gente capaz de hacer un buen trabajo, en algún momento nuestros títulos y certificaciones solo servirán para entrampar trabajos que no conocemos y para ir rellenando papeles y mas papeles de no conformidad tan solo para justificar nuestro sueldo. Por eso, yo les pregunto a los operarios que preparan superficies y aplican recubrimientos...

Si tuvieras la oportunidad de estudiar y/o especializarte ampliamente en control de corrosión ¿lo harías?

Si hubiera donde estudiar una especialidad técnica de preparación de superficies, aplicación de recubrimientos y control de calidad ¿enviarías a tus hijos o recomendarías que otros jóvenes tomaran ese camino profesional?

La soldadura universal nos ha enseñado que un técnico se puede especializar y ganar mucho más dinero que la mayoría de profesionales promedio del mercado… 

¿Por qué no podría un aplicador de recubrimientos profesional llegar a ese nivel de reconocimiento?

Les traslado estas inquietudes, a ver si me ayudan a darle forma a un ambicioso proyecto que vengo maquinando… (acepto críticas y propuestas).


Un cordial saludo

MARTIN HERRERA 

lunes, 5 de marzo de 2018

Bienvenido Marzo

Marzo siempre tiene — para mí — una connotación diferente, un sabor a madurez por el paso del tiempo, es el final del relajo de la calentura de verano y es el comienzo de nuevas aventuras, nuevos retos y por supuesto... más responsabilidades.


En medio de este éxtasis emocional en que me encuentro, ocurre que en mi país se desmorona la clase política junto a la casta empresarial dominante… veo por tercer año consecutivo como se pierde la confianza en los gobernantes de turno, e incluso en la gran mayoría de sus opositores políticos, los cuales no son dignos del más mínimo respeto por su forma de actuar…


Como a la mayoría de los peruanos de hoy en día, poco nos importa lo que ocurre fuera de nuestra cómoda rutina de vida; poco o nada como en la antigüedad, pues parece que amamos que nos gobiernen o nos rescaten grupos extranjeros, y nos asusta cuando algún caudillo local se levanta con ideas radicales intentando cambiar el destino del país... ¿Cual opción será la menos mala entonces?

Por otro lado, muchos otros nos hemos convertido en una especie de anarquistas virtuales, en donde lo máximo que hacemos es protestar a través de un meme fabricado (por quien sabe que interés escondido) en redes sociales — y por su puesto  desde la comodidad de nuestro smartphone sentados en alguna cafetería con aire acondicionado... y encima de los colmos, creemos que alguien más leerá por ahí nuestras líneas de protesta y se tomará el trabajo de cambiar el mundo con nuestras ideas... 

Así estamos, así seguimos adelante... como la mayoría de peruanos, mejor me concentro en lo mío.

Demetrio el ayudante...

La historia ficticia de este mes


En los últimos dos meses vengo contando historias ficticias como la de: Tomás el contratista y de Jonás el pintor, este mes me centraré en una experiencia — casi propia — que no trata solo de una persona, sino también de un objeto, un aparato electrónico que es capaz de hacer tomar decisiones descabelladas a la inteligencia artificial que controla a todo un proceso industrial.


Demetrio el ayudante, era un muchacho hábil que empezó a trabajar desde muy joven. Era el típico "mil oficios" pues, así como algunos nacidos en verano se enamoró muy joven y ya tenía familia que mantener; por este motivo no dudaba en aceptar cualquier trabajo con tal de ganar algo inmediato, más allá de aprender la lógica y las artes de cada oficio en que se metía.

Demetrio había logrado hacerse amigo de un viejo pintor en un campeonato de fulbito en un barrio vecino. Hay que entender que, entre las múltiples ocupaciones de Demetrio, el futbol era algo que él practicaba en los periodos en que no tenía trabajo y esto le valió para que, en un momento dado, este viejo pintor lo recomendara como ayudante en una central eléctrica que había empezado a operar al sur de su ciudad.

Años atrás, no había tanta exigencia al momento de la contratación de personal; cuando venias recomendado en un par de días ya estabas trabajando... como el caso de Demetrio quien “saltó” la mayoría de las vallas que un moderno recruiter pondría en la actualidad, incluso para un puesto de ayudante. Hay que entender también que Demetrio era un completo ignorante en temas de mantenimiento industrial, pero era de espíritu pro activo y ese era un gran riesgo que correrían muchas personas en la empresa a la cual había llegado.

Reza un dicho por ahí… "No hay cosa mas peligrosa que un imbécil con iniciativa..."


En la primera semana de trabajo Demetrio captó rápidamente la dinámica de trabajo del grupo de pintores. Aunque él era solo un ayudante, no pensaba que fuera tan difícil convertirse en pintor o incluso desplazar al fastidioso capataz de los pintores que, por cierto, ganaba más del triple de sueldo que él; así que solo hacía falta esforzarse, hacer mucho más que los demás y mostrar en todo momento lo bueno que se consideraba él mismo.

En la segunda semana de trabajo, Demetrio se aventuró a tomar un tarro de pintura y pintar toda el área de una tubería que le habían encargado limpiar. Aprovechó el hecho de que había avanzado más que los otros ayudantes y el pintor a cargo no iba a terminar todo el trabajo ese mismo día ya que se encontraba entretenido — según Demetrio — con una válvula de esas grandes y complicadas.

No se sabe hasta el día de hoy quién o como preparó la pintura epóxica que utilizó para pintar la tubería,  pero, no hay que negar que a la vista le quedó muy bien acabada para ser su primera vez como pintor industrial. Con esto Demetrio se ganó las primeras felicitaciones de todo el grupo que miraba desde abajo del andamio el — aparente — buen trabajo que este novato había realizado.

Para la tercera semana de trabajo, Demetrio era toda una estrella del escenario del mantenimiento — quizás más aun en su propia cabeza — pues empezó a tratar de enseñar a todo el mundo como se hacían las cosas, lo cual le valió ganarse algunas antipatías sin darse cuenta que esto lo aislaba del grupo de trabajo y que finalmente, nadie quería enseñarle nada nuevo pues lo veían como una petulante amenaza producto de su excesiva auto confianza y pro actividad mal encaminada.

Demetrio y su enemigo… el Limit Switch


Una tarde de verano, Demetrio tenía encargado limpiar (esmerilar y lijar) una buena cantidad de metros lineales de tubería de 24 pulgadas. Esa tarde Demetrio había avanzado más rápido — como ya tenía costumbre — y habiendo terminado el área que le habían asignado, vio delante de él una válvula — de esas grandes y complejas, con mangueras y cajitas con patitas — que, por cierto, Demetrio sabía que solo los operarios pintores limpiaban y pintaban. 

Esa tarde, Demetrio pensando en una felicitación mayor, no tuvo mejor idea que seguir con la limpieza de esta válvula como un plus a su trabajo del día, pero, sin autorización ni conocimiento previo.

Al cabo de unos minutos, Demetrio vio desde lo alto de su andamio a gente que corría por la planta, sonidos extraños y alarmas como de emergencia. ¿Habrá ocurrido algún accidente? —pensó Demetrio — gente tonta que no tiene cuidado… cuando aprenderán ¡! — siguió pensando y limpiando su válvula, subiendo y bajando los mecanismos de control, limpiando de arriba a abajo para que estos queden impecables.

Unos minutos después de toda esa conmoción, Demetrio ve llegar a su punto de trabajo al antipático de su capataz acompañado de un operador de planta y a un grupo de jefes de turno de la sala de control de operaciones. ¿Qué has hecho Demetrio? — le pregunta su capataz — deja todo lo que estas haciendo y baja inmediatamente, acompáñame a la oficina… ¿Tienes idea de lo que has hecho Demetrio? — le recriminaba su capataz con una cara de horror — Demetrio por supuesto, no tenía ni idea de lo que había ocurrido y menos aún de que el tuviera algo que ver con lo que estaba ocurriendo.

El desenlace de esta frenética experiencia


Ejemplo: Interruptor | Limit Switch
Demetrio en su loca iniciativa empezó a limpiar una válvula que tenia entre sus componentes unos interruptores llamados limit switch que al moverse de posición envían una señal al sistema de control de la planta y le indica que la válvula está abierta o cerrada. Esta señal al ser interpretada por el sistema como el cierre de fluido para un proceso principal, desencadeno una secuencia de parada de planta para prevenir daños al proceso ante la falta de este fluido — que supuestamente — fue interrumpido al momento que Demetrio movió el brazo del actuador electromecánico mientras limpiaba los componentes de la válvula en mención.

Demetrio se equivocó en muchos aspectos, pero también lo hicieron sus compañeros, su capataz e incluso los responsables de la contrata por parte del usuario final, pasando por el personal de operaciones. A estas alturas de la historia, quienes conocen de estos temas deben estar seguros de que en el proceso de análisis de causa raíz del incidente, se sacaron muchas conclusiones y lecciones aprendidas, pero como en toda tragedia la cadena se rompió por el eslabón más débil: Demetrio.

Final feliz


Al principio se le suspendieron todos los trabajos a la contratista y desde el capataz hasta Demetrio se les acusó de negligentes y no faltó mas de uno que anunciara que se les rescindiría el contrato y/o que todos los implicados en el incidente serían despedidos de por vida de la empresa. Felizmente esto nunca paso, no solo por ser una historia ficticia de un hecho que realmente ocurrió, sino porque el usuario final como cliente, asumió de manera consciente su responsabilidad directa en este incidente, todo por no haber entrenado ni controlado los trabajos de su contratista en un ámbito tan delicado como la operación de la planta.


A partir de ese momento en esta central de energía se empezó a realizar dos tipos de mantenimiento anticorrosivo:


MANTENIMIENTO ANTICORROSIVO SELECTIVO


MANTENIMIENTO ANTICORROSIVO GENERAL


El mantenimiento anticorrosivo selectivo es aquel que se realiza únicamente a los equipos electromecánicos de planta y va amarrado a las rutas planificadas de mantenimiento mecánico y con todos los protocolos de aislamiento de equipos por parte de operaciones. Este mantenimiento lo realiza personal contratista calificado y entrenado por el propio usuario final y su ritmo puede ser más lento ya que se trata de un trabajo de mayor precisión y detalle para prevenir daños a los valiosos equipos que conforman la planta.

El mantenimiento anticorrosivo general es aquel que se licita cada 3 años y que comprende el pintado de la parte estructural (estructuras de acero y/o concreto, tanques, tuberías, fajas, etc.) y que cuentan con espacios de trabajo aislados de la operación por tiempos definidos. Este tipo de trabajos los realizan contratistas especializados en trabajos de gran envergadura con estructura pesada, tienen gran capacidad de avance y no comprometen la operación de la planta dentro del ámbito de su trabajo. 

Esta historia resume en gran parte el hecho de porque siempre recomiendo a los usuarios finales responsables de mantenimiento de que consideren dividir el trabajo de mantenimiento anticorrosivo en dos frentes especializados. No vaya a ser que entre las filas de los contratistas que suelen contratar en cada temporada, haya un Demetrio que ponga en riesgo la integridad de los activos de su empresa…


Un cordial saludo a Demetrio en donde sea que se encuentre hoy en día.

Un cordial saludo para todos ustedes también.


MARTÍN HERRERA

lunes, 5 de febrero de 2018

Bienvenido Febrero

Mes del amor y la calentura de verano por estas latitudes industriales


Hace un año atrás, aquí en Lima, por estas fechas, nos lamentábamos la acometida del fenómeno del niño. Embarrados en lodo y piedras, por poco entramos en pánico cuando la escasez de agua tocó las puertas de todos, incluso en las zonas residenciales, en donde generalmente “nunca se pasa necesidad”


Muchas cosas pasaron después, tras el desplome de algunos puentes y la "casi" desaparición de ciudades enteras… Todos los que trabajamos en el sector  de la industria y la construcción pensamos que la economía se reactivaría para reconstruir todo el daño de este travieso niño costero; sin embargo, la historia ha sido otra, ustedes la saben y no me toca a mi hacerla recordar.

Como es el mes del amor, mejor les voy a contar una historia ficticia del mundo real… una historia de amor, pero de amor al trabajo. 


La historia del amigo Jonás

¿Que hiciste Jonás?


Jonás es un viejo amigo que empezó a trabajar en el rubro de la pintura desde muy joven. Como todo joven que inicia su vida laboral Jonás empezó como ayudante y hacia todo lo que le mandaban hacer. 


Jonás era un tanto diferente a la mayoría de los pintores de ese entonces, era un muchacho aplicado y de naturaleza curiosa; siempre trataba de entender el porqué de lo que hacía, como, por ejemplo: ¿Por qué la pintura que usaba se tenía que mezclar con un líquido llamado catalizador? ¿Por qué las pinturas olían distinto? O ¿Porqué se secaban tan rápido y porqué no se podía guardar el sobrante hasta el otro día para seguir pintando...? Cuando Jonás fué entendiendo esos “porqués” de la pintura, también fue sacando ventaja de sus colegas, aquellos que solo seguían ciegamente las órdenes de su capataz, de pintar sin que interese realmente el “porque” del trabajo… total, a la semana siguiente quizás estarían haciendo otra labor, en otro lugar y con otro jefe — como decimos por aquí — “chamba es chamba”.

Jonás por su parte, siguió aprendiendo y entendiendo “empíricamente” los detalles de este interesante nicho de trabajo: La aplicación de recubrimientos. Pasó el tiempo y Jonás ya no era un simple ayudante de temporada, él se había convertido en el operario mas joven de la industria de los recubrimientos. Arenaba con destreza y aplicaba los recubrimientos con maestría; dominando el uso de la brocha, el rodillo, los equipos convencionales y hasta las novedosas bombas de pintura airless. Como entenderán, Jonás no tenía limites y no se conformó con saber arenar o aplicar, sino que también desarrollo destreza y habilidades en maniobras complejas para realizar trabajos de pintura en diferentes escenarios; así también re configuraba los equipos de preparación y aplicación para lograr mayor eficiencia y no pasó sin aprender los fundamentos del control de calidad en aplicación de recubrimientos, lo cual lo llevó incluso a decidir importantes compras de pintura para proyectos en ejecución, ya que confiaban más en él, que en el propio vendedor de la marca.

Cuenta la historia que Jonás conoció a mucha gente del entorno industrial ya que era muy apreciado su conocimiento y destreza. A mas de uno, capataz, jefe o incluso gerente de alguna empresa contratista lo saco de apuros, pues como entenderán, siempre ha habido (y habrá) personas que dominan la rama de la metal mecánica, pero no necesariamente saben de acabados de pintura industrial. 

Esta experiencia y “roce industrial” le valió a Jonás para que años más tarde un ex jefe y amigo que ya trabajaba en una gran empresa del rubro minero, lo convocara para liderar el proyecto de “resucitar” la unidad de mantenimiento de pintura en esta empresa.


La gran empresa: ¿Debe tener pintores propios o subcontratar?


Este será el título de un próximo y amplio boletín de debate, pero iré opinando al respecto aferrándome a la historia de Jonás…


Hace años atrás aquí en el Perú, las grandes empresas tenían en su planilla a todo el personal que necesitaban para su producción directa o indirecta, desde el gerente, los jefes, los operadores, la gente de mantenimiento, como también a médicos, enfermeras, cocineros, carpinteros, vigilantes y jardineros; todos en la propia nómina de la empresa. Pasaron lo años y tras algunos nefastos cambios propiciados por los gobiernos de turno, las empresas se fueron quebrando y privatizando, luego e inevitablemente surgió la famosa terciarización de servicios. Este fenómeno como saben propició que mucha gente fuera despedida y luego subcontratada por un “service” con sueldos de muerte y sin los beneficios que antes tenían en las grandes empresas... (Esto solo para dar una idea al contexto de esta historia) El tema en discusión aquí es explicar que no todas las labores que hace una empresa industrial se pueden terciarizar y una de ellas es el mantenimiento de pintura.


Jonás entró a trabajar a una gran empresa avalado por su conocimiento — ojo que nunca dejó de ser autodidacta — además de su gran experiencia y su proactividad innata. Pero el gran reto no fue aprobar los exámenes de ingreso, si no mas bien enfrentarse a una decadente realidad del área a la cual entraba a laborar. El taller de pintura al cual iba como operario subsistía desde la época pasada por inexplicables motivos... ya sea porque los dos o tres operarios estaban sindicalizados y nadie los podía tocar… o porque sencillamente los jefes tenían fe de que llegaría algún iluminado y cambiaría la forma de hacer las cosas… de otra forma, este taller, estaba condenado a desaparecer desplazado por las empresas de servicios que asumían todo tipo de trabajos de mantenimiento desde los mas simples hasta los mas complejos y con menores costos, pues para ello la pintura no era cosa de otro mundo.

Comprendo la visión de la persona que contrató a Jonás, comprendo que él lo conocía muy bien y estaba seguro de lo que pasaría… y así fue; Jonás, como era de esperarse y debido a su naturaleza, no podía sentirse cómodo en ese ambiente aletargado y parecido a la época de la carreta en plena era de la robótica; así que nuestro amigo fue estudiando la dinámica de trabajo y no tardo en empezar a proponer mejoras para su área de trabajo. 

Al principio parecía un loco gritando a la montaña, pero el eco de sus propuestas llegaría a oídos de las jefaturas de mantenimiento. Si planteas algo y lo sustentas con un buen análisis de riesgos y beneficios no hay montaña que se interponga en tu camino — Eso me hubiera gustado decirle — pero él ya lo sabía de sobra… En el lapso de poco más de un año fue ganándose a sus compañeros de piedra, luego fueron llegando repuestos para los equipos malogrados, luego equipos nuevos, cambios de abrasivo mas eficiente, sistemas de chorro abrasivo automatizado, así como equipos airless eléctricos y neumáticos — antes utilizaban como mucho un tanque convencional de pintura — Todo esto les ayudó a tomar nuevamente protagonismo en los principales trabajos de mantenimiento de pintura de la planta ya que la empresa prefería poner en manos de su personal de confianza los trabajos mas urgentes y mas complejos que en manos de contratistas de servicio con poca o ninguna experiencia en el tema. Para quienes conocen de las labores de mantenimiento mecánico de una planta, entenderán que existen trabajos que no se pueden terciarizar por su complejidad y grado de cuidado. Lo mismo ocurre con algunas labores de pintura.


Es aquí en donde quiero terminar esta historia “casi irreal…” pero no sin antes dejar estas dos importantes reflexiones.


[1] En nuestro país existes muchos Jonás, que día a día tienen la inquietud de proponer mejoras y sugerir cambios. Ya lo dijo el viejito de los memes… “No puedes esperar resultados distintos — para ti y tu empresa — si sigues haciendo lo mismo todos los días”. Atrévete a proponer y hacer cambios, total si te equivocas, aún tienes oportunidad de empezar de nuevo y no como en la época de los romanos en donde te cortaban la cabeza.


[2] Muchas empresas prefieren subcontratar y terciarizar todo lo que no sea operación, pero he visto a lo largo del tiempo que es necesario tener un equipo de pintores para realizar los trabajos más complejos, como en paradas de planta o para el pintado de tanques, equipos o skids. El propio personal de mantenimiento va a estar mejor entrenado y consiente de la importancia de hacer un buen trabajo en estos elementos sensibles, cosa que un contratista, no necesariamente sabe o le interesa. Esta decisión a larga, también debería tener un buen impacto económico para la empresa.


Creo que por ahora es suficiente. Si se han sentido aludidos o tocados en lo mas profundo de su corazón por esta pequeña “obra literaria industrial” compartan el contenido, y no duden en suscribirse en nuestra página www.pccperu.com


Un cordial saludo de su colega y amigo.


MARTIN HERRERA

lunes, 15 de enero de 2018

Bienvenido Enero

Bienvenido 2018


Un cordial saludo a todas las personas que han empezado a seguir este boletín hace poco más de un año. Como alguna ves repliqué a mis críticos mas cercanos… “si no empiezo a escribir ahora, nunca me atreveré ni aprenderé a hacerlo…”


Luego de unas largas vacaciones que inicie la quincena de diciembre, hoy me reincorporo a la labor que me apasiona, que me ha dado grandes satisfacciones y que hasta ahora me da de comer… El control de corrosión con recubrimientos industriales.


En estos casi 30 días, alejado del bullicio de Lima, del caos vehicular y el mal olor político, pude reencontrarme con viejos amigos del entorno industrial para conversar largamente sobre temas de interés en común, con la finalidad de nutrir mis conocimientos no solo técnicos, si no también de manejo de la incertidumbre…

Hace más de 10 años que ando alejado de mi natal puerto de Ilo al sur del Perú y es poco fiable lo que se oye o se lee en redes sociales. La “real realidad” es la que ves y entiendes sentado y conversando cara a cara con tus amigos de toda la vida; es así como pude darme cuenta de que algunas cosas no cambian, otras empeoran y unas pocas cambian para bien.


¿Qué hacemos con Tomás?


[Un relato fictício de la realidad]


Tomas vive en una pequeña ciudad y empezó a trabajar como “sub-sub-sub” contratista hace unos 15 años atrás, arenando y pintando para otros contratistas que “no querían ensuciarse las manos” con pintura o quizás nada sabían del tema (al igual que Tomás). Pasaron los años y Tomás empezó a ganar algo de dinero y adquirir experiencia, reinvirtió sus utilidades, le dio empuje y forma a su empresa de servicios para poder participar directamente en las licitaciones de las grandes empresas que operan en su ciudad.

Al principio fue difícil, le dijeron que tenia que tener “una vara adentro” y que además sus precios tenían que ser “competitivos” Tomás no se desanimo y empezó a tocar puertas, llamar e insistir en cada licitación “bajándose el pantalón” como se dice en el argot de los negocios cuando bajas tus precios literalmente al suelo para lograr ingresar al jet set de los contratistas directos de las mega empresas de la minería la industria y la construcción.

El primer año fue alucinante, desplazó en muchos casos a sus antiguos competidores, incluso a las empresas que antes lo subcontrataban a él. Ya estando adentro ganó otro contrato, luego otro y otro; las valorizaciones cubrirían el fiasco de algunos malos cálculos de costos, pero en general el balance era positivo. Se dio cuenta de que su cliente era muy exigente, por lo cual fue afinando su estrategia operativa, así como sus costos en cada nueva proforma para así mantener un nivel de ganancia y riesgo aceptable.

Grande fue la sorpresa de Tomás cuando al cabo de un tiempo lo seguían invitando a cotizar, pero ya no ganaba los mismos trabajos de siempre. ¿Qué estaba pasando? Empezaron a aparecer otras empresas sin ninguna experiencia y ganaban las licitaciones con total facilidad desplazando a Tomás quien a saber de su cliente, ya se había convertido en un experto en el trabajo requerido y que además conocía el costo real del mismo. 

¿Qué estaba pasando?


Las conclusiones son muchas y las dejo a su propio raciocinio. Lo preocupante es el circulo vicioso que crean algunas "grandes empresas" aprovechando su prestigio para “exprimir” al contratista local, haciendo uso fatal del libre comercio, invitando a otras empresas con mínima calificación y sin la experiencia necesaria con tal de que sus costos estén por debajo del promedio local. Muchos de los que dirigen estas licitaciones saben que estas nuevas empresas van a perder dinero pero parece no importarles ya que existen mil  y un formas legales de hacerles cumplir el contrato aún con el riesgo de hacerlas quebrar y naufragar cual curioso aventurero que se lazó a navegar, sin saber remar… ni siquiera nadar.

Esto me hace reflexionar también en el campo laboral, cuando algunas empresas contratan a un joven profesional en función a los cartones diplomas o títulos, más que por la experiencia y valor que este pueda proporcionar a la organización. Es el caso de Jonás, un relato ficticio de la realidad que compartiré con ustedes en el próximo boletín.


Si te has sentido identificado en algún párrafo de este articulo, no dudes en visitar la pagina de PCC PERU y unirte a la causa.

Un cordial saludo de su colega y amigo

MARTÍN HERRERA