Marzo siempre tiene — para mí — una connotación diferente, un sabor a madurez por el paso del tiempo, es el final del relajo de la calentura de verano y es el comienzo de nuevas aventuras, nuevos retos y por supuesto... más responsabilidades.
En medio de este éxtasis emocional en que me encuentro, ocurre que en mi país se desmorona la clase política junto a la casta empresarial dominante… veo por tercer año consecutivo como se pierde la confianza en los gobernantes de turno, e incluso en la gran mayoría de sus opositores políticos, los cuales no son dignos del más mínimo respeto por su forma de actuar…
Como a la mayoría de los peruanos de hoy en día, poco nos importa lo que ocurre fuera de nuestra cómoda rutina de vida; poco o nada como en la antigüedad, pues parece que amamos que nos gobiernen o nos rescaten grupos extranjeros, y nos asusta cuando algún caudillo local se levanta con ideas radicales intentando cambiar el destino del país... ¿Cual opción será la menos mala entonces?.
Por otro lado, muchos otros nos hemos convertido en una especie de anarquistas virtuales, en donde lo máximo que hacemos es protestar a través de un meme fabricado (por quien sabe que interés escondido) en redes sociales — y por su puesto — desde la comodidad de nuestro smartphone sentados en alguna cafetería con aire acondicionado... y encima de los colmos, creemos que alguien más leerá por ahí nuestras líneas de protesta y se tomará el trabajo de cambiar el mundo con nuestras ideas...
Por otro lado, muchos otros nos hemos convertido en una especie de anarquistas virtuales, en donde lo máximo que hacemos es protestar a través de un meme fabricado (por quien sabe que interés escondido) en redes sociales — y por su puesto — desde la comodidad de nuestro smartphone sentados en alguna cafetería con aire acondicionado... y encima de los colmos, creemos que alguien más leerá por ahí nuestras líneas de protesta y se tomará el trabajo de cambiar el mundo con nuestras ideas...
Así estamos, así seguimos adelante... como la mayoría de peruanos, mejor me concentro en lo mío.
Demetrio el ayudante...
La historia ficticia de este mes
En los últimos dos meses vengo contando historias ficticias como la de: Tomás el contratista y de Jonás el pintor, este mes me centraré en una experiencia — casi propia — que no trata solo de una persona, sino también de un objeto, un aparato electrónico que es capaz de hacer tomar decisiones descabelladas a la inteligencia artificial que controla a todo un proceso industrial.
Demetrio el ayudante, era un muchacho hábil que empezó a trabajar desde muy joven. Era el típico "mil oficios" pues, así como algunos nacidos en verano se enamoró muy joven y ya tenía familia que mantener; por este motivo no dudaba en aceptar cualquier trabajo con tal de ganar algo inmediato, más allá de aprender la lógica y las artes de cada oficio en que se metía.
Demetrio había logrado hacerse amigo de un viejo pintor en un campeonato de fulbito en un barrio vecino. Hay que entender que, entre las múltiples ocupaciones de Demetrio, el futbol era algo que él practicaba en los periodos en que no tenía trabajo y esto le valió para que, en un momento dado, este viejo pintor lo recomendara como ayudante en una central eléctrica que había empezado a operar al sur de su ciudad.
Años atrás, no había tanta exigencia al momento de la contratación de personal; cuando venias recomendado en un par de días ya estabas trabajando... como el caso de Demetrio quien “saltó” la mayoría de las vallas que un moderno recruiter pondría en la actualidad, incluso para un puesto de ayudante. Hay que entender también que Demetrio era un completo ignorante en temas de mantenimiento industrial, pero era de espíritu pro activo y ese era un gran riesgo que correrían muchas personas en la empresa a la cual había llegado.
Reza un dicho por ahí… "No hay cosa mas peligrosa que un imbécil con iniciativa..."
En la primera semana de trabajo Demetrio captó rápidamente la dinámica de trabajo del grupo de pintores. Aunque él era solo un ayudante, no pensaba que fuera tan difícil convertirse en pintor o incluso desplazar al fastidioso capataz de los pintores que, por cierto, ganaba más del triple de sueldo que él; así que solo hacía falta esforzarse, hacer mucho más que los demás y mostrar en todo momento lo bueno que se consideraba él mismo.
En la segunda semana de trabajo, Demetrio se aventuró a tomar un tarro de pintura y pintar toda el área de una tubería que le habían encargado limpiar. Aprovechó el hecho de que había avanzado más que los otros ayudantes y el pintor a cargo no iba a terminar todo el trabajo ese mismo día ya que se encontraba entretenido — según Demetrio — con una válvula de esas grandes y complicadas.
No se sabe hasta el día de hoy quién o como preparó la pintura epóxica que utilizó para pintar la tubería, pero, no hay que negar que a la vista le quedó muy bien acabada para ser su primera vez como pintor industrial. Con esto Demetrio se ganó las primeras felicitaciones de todo el grupo que miraba desde abajo del andamio el — aparente — buen trabajo que este novato había realizado.
Para la tercera semana de trabajo, Demetrio era toda una estrella del escenario del mantenimiento — quizás más aun en su propia cabeza — pues empezó a tratar de enseñar a todo el mundo como se hacían las cosas, lo cual le valió ganarse algunas antipatías sin darse cuenta que esto lo aislaba del grupo de trabajo y que finalmente, nadie quería enseñarle nada nuevo pues lo veían como una petulante amenaza producto de su excesiva auto confianza y pro actividad mal encaminada.
Demetrio y su enemigo… el Limit Switch
Una tarde de verano, Demetrio tenía encargado limpiar (esmerilar y lijar) una buena cantidad de metros lineales de tubería de 24 pulgadas. Esa tarde Demetrio había avanzado más rápido — como ya tenía costumbre — y habiendo terminado el área que le habían asignado, vio delante de él una válvula — de esas grandes y complejas, con mangueras y cajitas con patitas — que, por cierto, Demetrio sabía que solo los operarios pintores limpiaban y pintaban.
Esa tarde, Demetrio pensando en una felicitación mayor, no tuvo mejor idea que seguir con la limpieza de esta válvula como un plus a su trabajo del día, pero, sin autorización ni conocimiento previo.
Al cabo de unos minutos, Demetrio vio desde lo alto de su andamio a gente que corría por la planta, sonidos extraños y alarmas como de emergencia. ¿Habrá ocurrido algún accidente? —pensó Demetrio — gente tonta que no tiene cuidado… cuando aprenderán ¡! — siguió pensando y limpiando su válvula, subiendo y bajando los mecanismos de control, limpiando de arriba a abajo para que estos queden impecables.
Unos minutos después de toda esa conmoción, Demetrio ve llegar a su punto de trabajo al antipático de su capataz acompañado de un operador de planta y a un grupo de jefes de turno de la sala de control de operaciones. ¿Qué has hecho Demetrio? — le pregunta su capataz — deja todo lo que estas haciendo y baja inmediatamente, acompáñame a la oficina… ¿Tienes idea de lo que has hecho Demetrio? — le recriminaba su capataz con una cara de horror — Demetrio por supuesto, no tenía ni idea de lo que había ocurrido y menos aún de que el tuviera algo que ver con lo que estaba ocurriendo.
El desenlace de esta frenética experiencia
Ejemplo: Interruptor | Limit Switch |
Demetrio en su loca iniciativa empezó a limpiar una válvula que tenia entre sus componentes unos interruptores llamados limit switch que al moverse de posición envían una señal al sistema de control de la planta y le indica que la válvula está abierta o cerrada. Esta señal al ser interpretada por el sistema como el cierre de fluido para un proceso principal, desencadeno una secuencia de parada de planta para prevenir daños al proceso ante la falta de este fluido — que supuestamente — fue interrumpido al momento que Demetrio movió el brazo del actuador electromecánico mientras limpiaba los componentes de la válvula en mención.
Demetrio se equivocó en muchos aspectos, pero también lo hicieron sus compañeros, su capataz e incluso los responsables de la contrata por parte del usuario final, pasando por el personal de operaciones. A estas alturas de la historia, quienes conocen de estos temas deben estar seguros de que en el proceso de análisis de causa raíz del incidente, se sacaron muchas conclusiones y lecciones aprendidas, pero como en toda tragedia la cadena se rompió por el eslabón más débil: Demetrio.
Final feliz
Al principio se le suspendieron todos los trabajos a la contratista y desde el capataz hasta Demetrio se les acusó de negligentes y no faltó mas de uno que anunciara que se les rescindiría el contrato y/o que todos los implicados en el incidente serían despedidos de por vida de la empresa. Felizmente esto nunca paso, no solo por ser una historia ficticia de un hecho que realmente ocurrió, sino porque el usuario final como cliente, asumió de manera consciente su responsabilidad directa en este incidente, todo por no haber entrenado ni controlado los trabajos de su contratista en un ámbito tan delicado como la operación de la planta.
A partir de ese momento en esta central de energía se empezó a realizar dos tipos de mantenimiento anticorrosivo:
MANTENIMIENTO ANTICORROSIVO SELECTIVO
MANTENIMIENTO ANTICORROSIVO GENERAL
El mantenimiento anticorrosivo selectivo es aquel que se realiza únicamente a los equipos electromecánicos de planta y va amarrado a las rutas planificadas de mantenimiento mecánico y con todos los protocolos de aislamiento de equipos por parte de operaciones. Este mantenimiento lo realiza personal contratista calificado y entrenado por el propio usuario final y su ritmo puede ser más lento ya que se trata de un trabajo de mayor precisión y detalle para prevenir daños a los valiosos equipos que conforman la planta.
El mantenimiento anticorrosivo general es aquel que se licita cada 3 años y que comprende el pintado de la parte estructural (estructuras de acero y/o concreto, tanques, tuberías, fajas, etc.) y que cuentan con espacios de trabajo aislados de la operación por tiempos definidos. Este tipo de trabajos los realizan contratistas especializados en trabajos de gran envergadura con estructura pesada, tienen gran capacidad de avance y no comprometen la operación de la planta dentro del ámbito de su trabajo.
Esta historia resume en gran parte el hecho de porque siempre recomiendo a los usuarios finales responsables de mantenimiento de que consideren dividir el trabajo de mantenimiento anticorrosivo en dos frentes especializados. No vaya a ser que entre las filas de los contratistas que suelen contratar en cada temporada, haya un Demetrio que ponga en riesgo la integridad de los activos de su empresa…
Un cordial saludo a Demetrio en donde sea que se encuentre hoy en día.
Un cordial saludo para todos ustedes también.
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