jueves, 11 de mayo de 2017

Bienvenido Mayo

Mayo llegó, como la mente es frágil y el día a día nos hace replantear nuestra estrategia de vida… muchos ya nos olvidamos de lo que ocurrió en nuestro país entre enero, febrero y marzo.


Este año viene significando para algunos la peor crisis económica, la quiebra total, el dolor y el sufrimiento en cuerpo y alma; para otros es una oportunidad para crecer económicamente o incluso espiritualmente… Para quien escribe estas líneas, este año está significando disfrutar de lo que se tiene, aferrarse a lo seguro y esperar construyendo mejores oportunidades para un futuro cercano.

El mes pasado, en el artículo anterior inicié “despotricando” contra mis antiguos colegas, los aplicadores de recubrimientos, algunos de los cuales quizás no tienen ni idea de lo bien o mal que hacen su trabajo. También compartí con ustedes mi punto de vista sobre quiénes son los responsables de las fallas prematuras de los recubrimientos aplicados... En este mes, profundizaré en mi opinión sobre los “culpables intelectuales” de los principales problemas de corrosión.

Iniciare la disertación con una de esas analogías extrañas que siempre se me ocurren en cada inicio de mes…

El último fin de semana tuve que hacer uso del servicio de una moto-taxi… si señores, esos engendros mecánicos mitad moto y mitad jaula de mascotas que pululan impunemente por las calles más populares de nuestra accidentada ciudad. Los motivos... (bueno, eso no importa para este artículo) Lo que sí importa es la reflexión que obtuve de esta iracunda experiencia. 

Fueron 18 cuadras de vibración extrema, jalones cual montaña rusa en cada curva, una docena de baches que me removieron los cálculos renales y la adrenalina a tope en cada cruce al ver al conductor adelantar sin remordimientos a cualquier vehículo mayor… Para cuando llegué a mi destino estaba en estado zombi pero todo se me paso cuando pagué unos tres soles por el servicio, menos de un dólar por esa execrable experiencia.

Si volvemos al contexto, yo era el usuario final, yo tomé la opción más barata, quizás la más rápida, pero a la vez la más insegura y con la peor calidad de servicio. Pude tomar un taxi o llamar a un amigo para que me recoja… pero opté por esta opción servicio.

Pongámonos en la perspectiva de un proyecto que involucre recubrimientos; tengamos en cuenta que un sistema de pintado debe proteger las estructuras y durar muchos años… Yo le preguntaría al usuario final ¿Usted tomaría una moto-taxi desde su casa al aeropuerto? Definitivamente que no –me respondería– Como mínimo tomaría un taxi en la avenida… o mejor aún, el servicio expreso con recojo puntual a la puerta de la casa, vehículo moderno, seguro, con aire acondicionado, música agradable y hasta bebidas a bordo.

Esa es la diferencia de contratar un servicio y/o adquirir un producto de calidad, cuando las expectativas involucran durabilidad, seguridad y valor agregado.


Un proyecto de recubrimientos es eso, es un viaje en el que no se puede, no se debe correr riesgos innecesarios, es un viaje de muchos años de expectativas de durabilidad y protección anticorrosiva, un viaje de calidad y con valor agregado como lo es la asesoría, la capacitación y la seguridad de que aún, si algo sale mal, se cuenta con el de respaldo de un seguro contra todo riesgo que solo lo puede brindar una persona o empresa seria y no el mototaxista o el chofer del “tico” tomado a “dedo” del paradero de la esquina.

En la vida real, dudo que alguna moto-taxi se arriesgue a llevarlo al aeropuerto… pero en el mundo de la protección anticorrosiva con pinturas existen muchos proveedores (contratistas y marcas de pintura de ese nivel) que sí son capaces de arriesgarse a embarcarlo a su suerte en ese viaje. Lo mas trágico de esta analogía es que incluso usted, el propio usuario final sea quien motive al proveedor a realizar esta "hazaña suicida" .

Quizás sea su primer viaje (como cliente o proveedor) y desconoce la ruta, los riesgos, o quizás por ahorrarse un poco de dinero es capaz de poner en riesgo su propia integridad y la de toda su familia representada en la producción de la empresa, a corto o mediano plazo.

En el mundo real de los proyectos, el cliente y/o el usuario final son varias personas con diferentes grados de responsabilidad y conocimiento en su rama operativa; muchos de ellos deben contratar servicios de los cuales saben poco o nada, y el tema de recubrimientos anticorrosivos es uno de esos temas poco conocidos.


Yo les recomiendo que se dejen asesorar (ya expliqué en marzo algunos conceptos) también les pediría que piensen en la analogía de la moto-taxi… lo barato puede salir caro y este refrán está avalado por la ley de la probabilidad.

Si eres usuario final “junior” busca consejería, busca asesoría, incluso si lo necesitas (lo repito, ya lo expliqué en marzo) busca algún consultor especializado o una empresa de ingeniería que te ayude a realizar la mejor adquisición de productos y servicios. 


No confíes en tu propia sabiduría decía el sabio… hay cosas que no se aprenden necesariamente en 15 años de escuela y algo de eso es lo referente a la protección anticorrosiva, que no te lo enseñan (todavía aquí en el Perú) en ninguna academia o facultad universitaria.


Quiero agradecer su paciencia si es que llegaron a leerme hasta aquí... pero como dirían mis mas ácidos y críticos amigos ¿Dónde esta la parte técnica? 

Más allá de la irreverencia de mis opiniones técnicas personales esta mi deseo de compartir los conocimientos adquiridos en todos estos años de trabajo. Siendo este mi blog personal,  en donde puedo escribir "literalmente" lo que me de la gana, queda el vacío de poder integrar temas técnicos a la altura de los profesionales que engrandecen este sector de la industria, para tal fin, a partir del próximo mes estaré habilitando el blog oficial de PROCONCORR PERU.

Un cordial saludo colegas y amigos, no olviden registrarse para recibir "legalmente" este boletín.

MARTIN HERRERA
Profesional en Control de Corrosión | PCC PE