sábado, 8 de abril de 2017

Bienvenido Abril

Abril hizo su ingreso, sin pena ni gloria, sin mayor algarabía y con algo de remordimiento por los desastres naturales que vienen ocurriendo.


En semanas previas a este artículo, me tocó visitar algunos complejos industriales después de varios años; grande fue mi sorpresa al encontrar a viejos amigos realizando el “tradicional” mantenimiento de pintura bajo el caluroso sol de medio día. Luego del gusto que me dio saludar a la gente con la que me inicie en esta profesión, vino el disgusto de escuchar las mismas afirmaciones de siempre:

  • “El año pasado pintamos y este año seguimos pintando por que el óxido sigue brotando…”
  • "Aquí no se puede arenar, el dueño no quiere, así que tenemos que limpiar como se pueda y pintar rápido nomas…”
  • Esa pintura es bien mala, ni siquiera se entiende lo que dice la etiqueta de la lata…”

Con algo de ánimo petulante me pregunto: 

¿Acaso el conocimiento adquirido en todos estos años me ha vuelto intolerante con la realidad imperante? ¿Acaso la realidad y el conocimiento están distanciados por algún motivo vano o banal?

Hablo (escribo) de la realidad de ver que muchas de las prácticas de trabajo que yo mismo realizaba hace varios años atrás (bien o mal) se siguen realizando hoy en día con iguales o peores resultados.



Hace 15 años atrás me encargaban intervenir un skid lo que se denomina a un bloque de válvulas de ingreso-salida de un equipo o proceso. Siendo este un trabajo delicado, ocupaba al más prolijo de mis operarios con la premisa de retirar el óxido con herramientas manuales como escobillas metálicas, cinceles, cuchillas y tela abrasiva, lo cual, sumado a mi exigencia como supervisor y a la calidad de mi gente, se consideraba un buen trabajo a la vista. Luego venía la brocha, una capa de pintura (epóxica) al día siguiente una capa más… y terminábamos el trabajo al tercer día con una capa de acabado (poliuretano) a golpe de soplete.



Como reza un viejo refrán: “En tierra de ciegos el tuerto es el rey…” En aquel entonces (creo yo) en mi calidad de supervisor especialista, ostentaba el mayor conocimiento del tema, y lo que planteaba a mi jefatura y a mis pintores... eso era lo que finalmente se hacía. Luego de 15 años me doy cuenta que apenas un 25% del trabajo estuvo bien hecho.



No es raro encontrar corrosión en estructuras, tuberías y válvulas con poco más de un año de haber sido repintadas por mantenimiento, ¡¿Pero por qué?! 




Hoy en día, me remito a los papers de calidad ISO, NACE y SSPC, y encuentro que existe el término: “expectativas de durabilidad” y la durabilidad debería superar los 5 años como mínimo en trabajos similares. Ni que decir de toda la información sobre estándares y buenas practicas de mantenimiento, y más importante aún, los parámetros de diseño de ingeniería los cuales deberían considerarse de acuerdo a la realidad de cada proyecto, pero en (la) realidad…


¿Qué dicen los usuarios finales, los dueños de la infraestructura?

La pintura falló, no se hizo un buen control de calidad, o sencillamente lapidan en silencio al proveedor de pintura y al contratista de mantenimiento. (Les doy toda la razón, quizás por que su especialidad no es el mantenimiento anticorrosivo).

¿Qué dicen los proveedores de pintura?



No se respetó el proceso de aplicación, el contratista no tiene experiencia, no se nos consultó sobre el procedimiento, o no se solicitó la asesoría en campo. (Y mil argumentos mas... por que el que fabrica la harina muchas veces no es responsable de que se queme el pan).



¿Qué dice el contratista de mantenimiento?



Poco o nada puede decir en este escenario. Dependiendo de la “carcasa o concha” que hayan desarrollado en sus años de experiencia, el contratista sabe que “la cadena se rompe por el eslabón más débil” y solo le queda hacer uso de las mejores condiciones del contrato, o acomodarse a las consecuencias de un (posible) reproceso por garantía, o mejor aún, disfrutar de las ganancias de volver realizar el trabajo el año que viene.



Desde mi punto de vista, la responsabilidad de las fallas de pintura y la presencia de corrosión “antes de tiempo” la tienen en el siguiente orden:
  • El usuario final
  • El contratista
  • El proveedor de pintura


¿Quieren saber por qué?


Los invito a comentar en el blog y en redes sociales. 
Si desean escribirme o llamarme, no me voy a molestar, tampoco les voy a cobrar… (por ahora...)

Un cordial saludo,

MARTÍN HERRERA | PCC PERU